El 22 de junio de 1998, en el Mundial de Francia, estadio de La Mosson, durante el juego de Colombia contra Túnez, Léider Preciado anotó el último gol de Colombia en un Mundial de Fútbol y el único de la cita francesa. Fue al minuto 83.
Aquel es el último gran recuerdo de alegría de los colombianos en la historia de los Mundiales. Lo logró una joven promesa del fútbol nacional, en ese momento con 21 años, el mismo número que llevaba en la camiseta.
Preciado ingresó a los 56 minutos, junto con Víctor Hugo Aristizábal, en remplazo de los históricos Adolfo Valencia y Freddy Rincón, cuando el partido iba 0-0.
El ingreso de Preciado fue la ilusión de los colombianos, que se cristalizó cuando Carlos ‘Pibe’ Valderrama recuperó el balón casi en mitad de cancha, levantó la cabeza y puso uno de esos pases que sólo él sabía dar, entre líneas, para dejar a Preciado de cara al gol.
Léider, con el defensa Clayton de frente, de un enganche de derecha lo sacó del paso, para patear de primera con su pierna menos hábil, la zurda, y dejar sin opciones al arquero Choukri El Ouaer. El país entero, volvió a celebrar, se alcanzó a ilusionar con la clasificación, aunque en el último juego caímos con Inglaterra se acabó todo.
Luego del Mundial, Preciado pasó por Once Caldas, Deportivo Cali, América de Cali, Atlético Bucaramanga y Quindío, además del Racing de Santander (España), Deportivo Toledo (España), Al Shabab (Arabia) y Deportivo Quito (Ecuador), para cerrar su carrera en 2011 con Santa Fe.
Actualmente, Preciado es asesor de las escuelas de formación de los cardenales, pero cuando fue consultado por Colprensa para recordar este momento histórico, el tumaqueño se negó a hablar, afirmando que “solo hablo de Santa Fe, que es el que me da de comer. De la Selección no digo nada porque nadie se acuerda de mí”. Su antipatía, tal vez, explique esto último.
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